Paradojas de la ciudadanía

De izquierda a derecha, los miembros del grupo que participaron en las XIV Jornadas Interescuelas: Diego Mauro, María Sierra, Marta Bonaudo, María Antonia Peña, Rafael Zurita y Cristina Ramos
De izquierda a derecha, los miembros del grupo que participaron en las XIV Jornadas Interescuelas: Diego Mauro, María Sierra, Marta Bonaudo, María Antonia Peña, Rafael Zurita y Cristina Ramos

Visiones de futuro

A grandes trazos, la labor investigadora del historiador es muy solitaria: búsqueda de fuentes, consulta de documentación en archivos, lectura e interiorización… Casi todo discurre en soledad, y por eso son tan importantes los encuentros científicos en los que no sólo se avanzan los resultados del trabajo propio, sino que se debate con los demás y se articula así un conocimiento mucho más refinado que el que puede surgir de una labor puramente individual. Por ello, desde el principio nos planteamos la participación en congresos internacionales como un punto prioritario de nuestra agenda de grupo, que hemos inaugurado en tierras argentinas con motivo de las XIV Jornadas Interescuelas, celebradas en Mendoza del 2 al 5 de octubre.

Bajo el sugerente título de «Visiones del futuro: las culturas políticas en acción (ss. XVIII-XIX)», las coordinadoras de la mesa a la que nos incorporamos nos invitaban a reflexionar sobre los procesos históricos de construcción de imaginarios sociales y políticos como componentes esenciales de las culturas políticas. El objetivo en última instancia era debatir sobre cómo estos imaginarios fueron conformando los modelos culturales de ciudadanía y de Estado, las formas del poder, las relaciones de género, las estructuras sociales, los modos de vida y las identidades colectivas en el mundo occidental… En definitiva, muchas de las líneas de actuación en las que venimos trabajando en nuestro grupo, y por ello esta mesa ha servido de plataforma para dar a conocer algunos de nuestros primeros resultados:

«Enemigos internos: Representar excluyendo en la cultura política liberal»

A modo de presentación, María Sierra y María Antonia Peña propusieron en su conferencia un acercamiento al problema histórico de la representación política liberal desde un enfoque cultural que dirige prioritariamente su atención al binomio inclusión/exclusión, en cuanto conceptos complementarios. El análisis de la exclusión política, así, nos permitiría desentrañar la figura prismática del excluido -el «otro», el «enemigo interior»- desde planos tan diversos y entrecruzados como son su raza, su condición territorial, su clase o su género.

 


 “La cultura política democrática en una coyuntura de transición. Una aproximación comparativa a la figura del candidato en España y Francia (1869-1871)”

​Por su parte, Rafael Zurita realizó una primera aproximación comparativa a partir de la experiencia vivida en España y Francia durante las elecciones legislativas de 1869 y 1871, ambas bajo el sufragio universal masculino, en contextos históricos marcados por un cambio de régimen político derivado de la caída de Isabel II y de Napoleón III. En los dos países entraron en confrontación diversas culturas políticas –liberal, republicana, legitimista- que encontraron en la arena de los comicios el mejor lugar para expresar puntos de vista en común y diferencias en torno a la figura del representante político.

 


 «Las paradojas del reformismo liberal: De la experiencia de la liga a la construcción del partido (1897-1931)»

​La reflexión de Marta Bonaudo y Diego Mauro, a su vez, se centró en las “visiones del futuro” y las “utopías sociales” del denominado “reformismo liberal”: una de las vertientes intelectuales e ideológicas que animaron el debate sobre las transformaciones y los cambios en la vida política a lo largo de las primeras décadas del siglo XX en Argentina. El propósito de su ponencia era analizar las experiencias políticas de los reformistas liberales santafesinos a través del prisma de sus diagnósticos y utopías sociales y políticas. Un registro movedizo y zigzagueante en el cobraron particular centralidad las tensiones entre los proyectos y los programas, por un lado, y la dinámica electoral concreta, por el otro. Una arena friccionada y conflictiva en virtud de la cual, la senda reformista fue dibujando, a lo largo de las décadas de 1910 y 1920, un intrincado cuadro, plagado de paradojas y contradicciones cada vez más acuciantes.

 


  «El sufragio femenino en el proyecto de ley electoral presentado por Manuel de Burgos y Mazo en 1919»

​Por último, Cristina Ramos abordó el proyecto de ley electoral que Burgos y Mazo presentó ante las Cortes en noviembre de 1919 y con el que pretendió reconocer el derecho de la mujer española a votar. Pese a que nunca llegó a debatirse siquiera, su propuesta resulta especialmente interesante porque permite profundizar en el conocimiento del proceso de reformulación al que se vio abocado el modelo de ciudadanía restringida que garantizaba la preservación del orden sociopolítico liberal, a punto de derrumbarse porque ya no era posible seguir conciliando su carácter elitista y excluyente con el discurso universal, igualitario e individualista que lo legitimaba.

 


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