Paradojas de la ciudadanía

El historiador como detective

No es, claro, nada nuevo.

Ya R.G. Collingwood se refirió al trabajo del historiador como el del detective, que no da por bueno lo primero que se le cuenta, sino que se pregunta quién lo dijo, por qué, bajo que perspectiva, qué ganaba el que lo contó de aquella forma…

Entre los que han insistido en la visión del historiador como detective está Robin W. Winks que en su The Historian as Detective: Essays on Evidence, recopiló una colección de aleccionadores relatos sobre la dificultad para ser un historiador solvente, con la conclusión última de que, al, igual que el detective, el atributo básico de un historiador crítico es la desconfianza o al menos el recelo respecto a los testimonios del pasado ya que los documentos pueden ser propaganda, o pruebas reales pero sesgadas, o incluso haber sido por completo fabricados en otra época.

Me inicio en este blog tomando prestada una reflexión del historiador del anarquismo Davide Turcato sobre la diferencia de métodos entre el policía y el detective.

En el cuento de Edgar Allan Poe La carta robada, el prefecto de policía de París, Monsieur G.,  cuya manía de llamar “raro” a todo lo que excede a su comprensión hace que viva rodeado de una verdadera legión de “rarezas”, se presenta en casa del detective Auguste Dupin para consultarle un caso “raro”. Por supuesto, Dupin, cuyo método es la antítesis del de Monsieur G., resuelve el caso y explica que la policía lo había considerado un misterio insoluble porque había cometido el grave pero común error de confundir lo inusual con lo abstruso.

El anarquismo es desde luego inusual: de todos los movimientos políticos que han existido, es el único que aspira a destruir el poder político y no a conquistarlo.

Pero, ¿es abstruso? Muchos de los historiadores que han abordado el estudio del anarquismo viven, como Monsieur G., rodeados de “rarezas”; no esperan encontrarle sentido, el anarquismo les parece ingenuo e irritantemente absurdo.

Turcato anuncia que él se propone adoptar la actitud del detective Dupin, la de investigar el sentido del anarquismo, interpretarlo como una estrategia racional de acción, explorar sus ideas y acciones para que sus aparentes “rarezas” puedan ser comprendidas.

Como historiadora reciente del anarquismo, yo también quiero ser detective y no policía.

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